domingo, 2 de octubre de 2011

1º (Marruecos 2015) Consejos


Después de mirar mucha información de Marruecos, te encuentras de todo, desde moteros que le han metido droga en la moto llegando a la frontera o el agobio que puedes llegar a tener intentando venderte droga en la zona del Rif, para después buscarte una ruina, hasta viajeros que dicen que es un país impresionante para conocer y que solo hay que tener las mismas precauciones que en España, nada mas.
El caso es que personalmente estoy decidido hacer el viaje e intentaremos disfrutar del país intentando llevar siempre el control del viaje, puede que en algun momento surja algún imprevisto que lo achacaremos a la aventura del viaje.
Aquí os dejo una pequeña guía de información de un viajero que ha estado en Marruecos en varias ocasiones, recomendando unas pequeñas precauciones a tomar en algunos momentos para evitarte así problemas,no lo tomeis al pie de la letra,solo creo que esta bien tomar algunas precauciones.
Son unos consejos que da,para algunas personas puede parecer esajerado y para otras les ayudara a tomar ciertas precauciones,son sus vivencias que te puedes creer o no,como millones que circulan por Internet,a mi me han servido para tomar alguna precaucion.

 

Pequeña guía de estafas en Marruecos

Este es un comentario de un forero que pongo aqui:
He estado cinco veces en Marruecos, y he tenido la oportunidad de recorrer durante dos meses este maravilloso país, tan próximo a mi tierra, y tan diferente y rico en tradiciones y cultura. Es fácil conocer Marruecos, pero difícil conocer su gente que, aunque acogedora y amable, no abre sus círculos de intimidad a cualquier desconocido.
He escrito esta pequeña guía para el turista mochilero con escasos recursos, como yo, que no pueda permitirse el lujo de pagar por las cosas un precio desmesuradamente mayor del que valen. No es mi intención asustar a nadie, pero vale la pena estar prevenidos para algunas situaciones embarazosas. Me gustaría decir que nunca me he encontrado en ninguna situación de peligro en Marruecos, ni conozco a nadie que se haya encontrado, y no dudo que si alguna vez me pasara algo la gente marroquí se volcaría en ayudarme.

En primer o último lugar, unos avisos:

  • Cuidado con Tánger y Tetuán. Tánger y Tetuán son las ciudades de paso de todo el turismo que llega atravesando el Estrecho de Gibraltar. En estas ciudades es donde se acumula un mayor número de marroquíes buscándose la vida y donde la presión de los estafadores sobre el turista se vuelve asfixiante. Evitadlas siempre que podáis, o pasad por ellas rápidamente y sin deteneros.
    Dos anécdotas:
    1) Llegando a Tetuán en coche desde Ceuta, los timadores ya salen en moto al "abordaje" de los coches de turistas que se acercan a la ciudad.
    2) Una pareja brasileña procedente de Algeciras (España) que bajaba del transbordador que llegaba a Tánger (Marruecos), asustados por la nube de marroquíes que de manera agresiva les rodearon (para conseguirles guía, taxi, hotel, etc.), volvieron a subir al mismo transbordador con el que habían llegado y regresaron a Algeciras.
  • Inocentes preguntas. La gente Marroquí que inicie una conversación con vosotros os realizará las siguientes preguntas: ¿De dónde vienes? ¿Es tu primera vez en Marruecos? ¿Cuántos días llevas viajando? Estas preguntas no son por casuales, sino que determinarán la magnitud de la estafa. Los comerciantes y estafadores saben que las personas que llevan pocos días en Marruecos todavía no conocen bien la cultura del país, ni los precios correctos, ni saben desenvolverse bien ante una situación embarazosa. El precio exigido por un producto o servicio vendrá también determinado por el país de procedencia (en el ranking primero están los japoneses, franceses y canadienses).
  • Preguntad siempre el precio por adelantado. Si no acordáis previamente los precios, os encontrareis en situaciones embarazosas cuando la gente os intente cobrar precios astronómicos por un viaje en taxi o por una comida. Otro buen consejo es que sepáis los precios aproximados de los productos y servicios antes de llegar al país (un euro equivale a unos diez dirhams):
    - Té: de 2dh a 5dh
    - Agua embotellada: 5dh
    - Sopa: de 3dh a 5dh
    - Estofado o cus-cus: de 20dh a 35dh
    - Trayecto en taxi colectivo lleno (6 pasajeros): 1dh/3km por pasajero
    - Etc.
    Una anécdota: Paseaba con unos amigos (una pareja italo-francesa encantadora que había conocido) por la playa de Essaouira. Apareció un hombre montado en camello, del cual se apeó para iniciar una afable conversación con nosotros. Hizo sentarse el camello para que pudiéramos acariciarlo. Simpatía y risas. A continuación nos invitó a montar en camello a los tres, medio minuto gratis por la playa. Yo rehusé, pero mis amigos (que no llevaban dinero encima) aceptaron. Una vez montados en el camello, los llevó cinco minutos a trote por la playa (ellos no podían bajar de un camello en marcha). Cuando consiguieron bajar, el hombre les pidió dinero por el paseo. Cuando le dijeron que no podían pagar el hombre les dijo que lo que era gratis era acariciar al camello, y se "transformó": desapareció su sonrisa y aparecieron mal humor, gritos, insultos, agarrones, una persecución de 10 minutos por la playa con amenazas de llamar a sus compañeros y a su jefe. Fue realmente desagradable.
  • Ante el acoso, tomad el control de la situación. Cuando lleguéis a una nueva ciudad, bien sea en transbordador, tren, coche o autobús, al bajar del vehículo os abordará una nube de gente para ofreceros productos, hoteles o servicios. Las primeras veces seguramente os supondrá un choque y os sentiréis perdidos. Ellos pueden aprovechar vuestro desconcierto para insistir de manera más agobiante o incluso asustaros. Para libraros de esta gente es primordial que toméis el control de la situación. Lo mejor es hablar lo menos posible con ellos. Sentaros en un café es una buena solución. Tomar un taxi (si preguntáis antes el precio) también. Pero sobretodo: no os enfadéis ni tratéis mal a la gente que os insiste, aunque estéis cansados de ellos o incluso asustados. Sonreid y tratadles con educación. Son buena gente que tan sólo se intentan buscar la vida como pueden, en un país donde a veces ganarse el sustento es difícil. Y además, si estáis en una ciudad pequeña seguramente os los volveréis a encontrar.
  • Preguntad a otros turistas. Durante el viaje encontrareis otros turistas viajando como vosotros. Preguntadles de donde vienen y pedidles todo tipo de consejos: lugares a visitar, hoteles, etc. Si lleváis varios días viajando, aconsejadles vosotros también. Será de gran ayuda y puede ser el inicio de una amistad.
  • No confiéis totalmente en la gente que os sale al paso. No se trata de desconfiar de todo el mundo, pero debéis tener muy claro que normalmente la gente que os viene a buscar para iniciar una conversación es porque quiere algo de vosotros. Además, para venderos su producto o servicio, muchos mentirán si es necesario.
  • Como tratar con los niños. Cuando atraveséis pequeñas poblaciones, especialmente en la zona del Atlas, os sorprenderá la cantidad de niños que os seguirán para pediros un dirham, un bombón o un bolígrafo. No lo necesitan, y no os sorprenda que los adultos os miren muy mal si les dais algo. Desde hace unos años, la mala actitud de los turistas ha convertido estos niños en mendigos. Los turistas, como quien lanza cacahuetes a los monos de un zoológico, comenzaron a regalar cosas a niños que no pedían nada pero que debido a su curiosidad ante un extraño les salían al paso. Ahora los niños se han acostumbrado y algunos incluso han dejado la escuela porque les es más rentable mendigar dirhams a los excursionistas.
    Otro punto a comentar es que si al atravesar una población os aparece un enjambre de niños, puede pasar que mientras unos os distraigan pidiendo cosas, otros aprovechen para abriros la cremallera de la mochila y sustraeros algo. En caso de robo por niños en alguna población rural, lo mejor que podéis hacer es acudir a la persona adulta de mas rango en el pueblo y explicarle lo sucedido. Bastarán algunas instrucciones suyas para encontrar el culpable y recuperar vuestras pertenencias.
  • Mujeres occidentales. Dos amigas me comentaron que les gustaría viajar juntas a Marruecos, pero que les daba miedo que las pudieran acosar. Lo cierto es que durante mis viajes he conocido mujeres viajando solas por Marruecos sin ningún problema. Para los hombres marroquíes, que se casan casi todos y bastante jóvenes, la familia es muy importante y no intentarán nada con una turista si tienen esposa. Se sufre más acoso sexual en cualquier lugar de España que en Marruecos.
    Los roles masculino y femenino en Marruecos están fuertemente establecidos, y pueden llegar a considerar una mujer occidental que viaja sola como una libertina (especialmente si la imagen de mujer occidental la han tomado de alguna película pornográfica occidental que hayan captado con antena parabólica), pero no persiguen a las mujeres occidentales. Si una turista solitaria quiere sentirse más segura, puede vestir sin mostrar brazos y piernas desnudos, y cubrir su cabello con un pañuelo, lo que indicará a los hombres que no quiere ser molestada. Es de sentido común no practicar top-less o nudismo en la playa.

Trucos para ofreceros productos:

Existen pequeñas trampas "simpáticas" que utilizaran para hacernos entrar en su tienda o casa y, una vez allí, mostrarnos productos para que compremos "a precio de amigo". He aquí algunas tretas que utilizaron conmigo:
  • Ven a tomar un té a mi casa, amigo. Con ganas de conocer la famosa hospitalidad árabe, ante esta invitación pocos viajeros se oponen. Una vez en su tienda o casa comenzarán a mostrar productos y a preguntar si alguno nos gusta. Es muy probable que si no queremos comprar ninguno de sus productos (que aunque nos digan precio de "amigo" será un precio totalmente desorbitado) se enfaden y nos hagan pagar el té al que nos han invitado (también a un precio desorbitado). Y si en lugar de invitaros a un té os han invitado a comer, podréis observar que en realidad nadie se pone a cocinar.
  • Ayúdame a escribir una postal para un amigo mío de tu país. Así me engancharon en un bar.
    - Por favor, amigo, podrías ayudarme a escribir una postal para un amigo español que conocí el verano pasado. Yo no sé escribir tu idioma.
    - Como no. Claro que te ayudo.
    Me lleva a una tienda de souvenirs y toma una postal. Él me dicta y me pregunta sobre la mejor manera de expresar algo, y yo escribo. Acabada la comedia (lo del amigo español era falso) me agradece muchísimo el favor, me dice que soy su mejor amigo y ... ¡ya estoy dentro de la tienda!.
  • Ayúdame a leer las instrucciones de una medicina que me regaló un turista. Así me querían enganchar cinco minutos después.
    - Por favor, amigo, podrías ayudarme a leer las instrucciones de una medicina que me regalo un turista. Me encuentro mal y no entiendo las instrucciones porque no sé leer tu idioma.
    Era falso. De este truco ya me habían avisado y no caí.
  • Coche averiado. Iba un grupo por la carretera de Taroundant a Zagora, recorriendo el valle del Draa. De repente se encuentran con un hombre que tiene problemas con el vehículo. Les dice que su coche se ha averiado y que iba de camino a visitar unos familiares. Como el grupo va en la misma dirección (se trata de una carretera larguísima) accede a llevar una nota escrita por este señor para los familiares que le están esperando. Él se queda con su coche. Los familiares les reciben, les ofrecen té y productos de artesanía para que compren "a precio de amigo que les ha hecho un gran favor". De nuevo en la carretera, se encuentran con otro señor que también tiene una avería en el coche y va a visitar a los familiares. Y mas adelante, todavía a otro más ...
  • Hombres azules. En el sur de Marruecos encontrareis muchos hombres vestidos de azul, como los tuaregs, por todos los pueblos y tiendas de artesanía. Son falsos. Los pocos y verdaderos tuaregs viven en el desierto, totalmente apartados de rutas turísticas, y no los veréis.
  • Ven a ver como fabrican esta artesanía. Es muy típico que un transeúnte con el que se ha iniciado conversación ofrezca acompañar a los turistas al lugar donde fabrican las artesanías típicas de la región (alfombras, joyas bereberes, ...). Todos estos lugares donde yo entré eran falsos. Tiendas con pizarra donde habían dibujado diseños, una persona simulando preparar la lana para tejer una alfombra (cuando me fije un rato, me di cuenta de que no estaba haciendo realmente nada), ... Se trataba de decorados y teatro.
  • Ven a mi casa a ver como fabricamos el hachís. Éste es muy típico de la zona del Rif, que es el lugar de Marruecos donde se cosecha la marihuana, y hay que ser muy cautelosos. Muchos son los turistas que acuden a Chouen y, tentados por el ofrecimiento, van a visitar una finca donde se elabora kif y hachís. Una vez allí son invitados a fumar kif hasta que están bien colocados. Entonces les venden toda la droga posible y a un precio elevado.
    Especialmente peligroso es en Ketama y sus alrededores, en el centro de la sierra del Rif. Allí pueden obligar con violencia al turista a comprar varios kilos de hachís. A continuación los mismos que han vendido la droga llaman a la policía para que intercepte al turista. El turista, además haber pagado la droga tendrá que pagar un alto soborno a la policía, que recibirá un suplemento adicional cuando devuelva la droga a sus vendedores. Un negocio redondo.
¿Qué hacer cuando nos han enganchado y nos muestran un sin fin de artesanía que no queremos comprar? A mí me dan resultado las siguientes dos cosas: (1) ir con una bolsa de comida (dátiles, fruta, ...) para cuando me invitaran a un té poder invitar yo también a algo, y así no sentir que debo comprar algo porque estoy en deuda; y (2) bromear y reír mucho, y cuando me piden un precio alto ofrecer yo todavía un precio mas alto (1.000.000 de dirhams).

Mentiras:

Mucha gente nos intentará engañar para que compremos un producto o servicio. Algunas de estas mentiras pueden truncar nuestras expectativas, amargándonos el día o incluso el viaje. He aquí unos ejemplos.
  • Hoy ya no hay autobús. Cuando lleguéis a la estación de autobuses de cualquier ciudad grande, aparecerá gente que os dirá que ya no quedan autobuses hacia donde vais, y os llevará hasta los taxistas, que os intentarán cobrar precios locos. En Tánger, tenía el autobús que debía tomar enfrente de mí, sin embargo los taxistas me decían que ya no había autobús a mi destino. Entré a las taquillas a comprar el billete y el encargado (de una compañía de primera clase en Marruecos) también me dijo que ya no quedaban autobuses. Naturalmente, él también estaba compinchado con los taxistas. ¡Tuve que entrar a taquillas acompañado del conductor del autobús para que me vendieran el billete!
  • El hotel que buscas está a dos horas. De trekking por las montañas del Atlas, de vez en cuando me salían al paso hombres para ofrecerme su casa para dormir por un precio módico. Cuando les decía que pensaba dormir en un albergue determinado, me respondían que ese día ya no llegaría porque el albergue estaba a muchas horas de camino. Era falso y normalmente llegaba caminando en quince minutos.
  • Trekking no bonito. De trekking por las montañas del Atlas, encontrareis a vuestro paso mucha gente que gana su pan haciendo de guías de excursiones para los turistas. Dichas personas dirán que la caminada que les habéis explicado que vais a hacer no es bonita, y os intentarán vender largas caminadas de varios días con ellos de guías.
  • No vas a poder subir con esas botas. De camino al Toubkal, la cumbre más alta del Atlas y del norte de África, encontré lugareños que me decía que no podría subir con mis botas de montaña, porque había mucha nieve. También encontré turistas a los que los lugareños les habían dicho que no podrían subir al Toubkal con calzado deportivo. Naturalmente, el camino hasta la cumbre del Toubkal era un paseo y fuera de la temporada de invierno no hay nada de nieve. Los lugareños tan sólo querían vender botas.
  • Extremistas peligrosos. "En esta zona de Marruecos que vas a visitar viven extremistas islámicos peligrosos. Hace unos meses mataron a una pareja de turistas que vestían camisas de tirantes y pantalones cortos. En realidad no son mala gente. Viven el Islam de una forma más cerrada y tan sólo quieren que se respeten sus costumbres. La mejor manera de visitar esa zona sin correr peligro es vestir una chilaba. Ellos sabrán que eres turista pero que les respetas y no les quieres molestar. Tu eres mi amigo y te voy a conseguir una bien barata. Si vas al mercado a comprarla tú sólo, te van a pedir precios muy elevados porque eres turista."
    Debo confesar que casi me convence. Al final no compre la chilaba a mi "amigo", porque me pedía un precio desorbitado. Entonces dicho "amigo" se puso a gritarme y se enfado mucho conmigo. Sin embargo, llegué a la zona que quería visitar con mucho miedo (y a punto estuve de anular el viaje), ya que llevo el pelo largo y pensaba que podía correr peligro por ello. Naturalmente allí no había ningún islámico radical, sino hombres amables, muchos de los cuales no vestían chilaba sino pantalón largo como yo.
Cuidado. No importa sentirse seguro pensando que ya conocéis las mentirijillas que os pueden contar. Más tarde o más temprano os conseguirán engañar de nuevo. Son muy ingeniosos. Se las saben todas.

Estafas:

  • Productos falsos. En las tiendas de artesanía podéis encontrar algunos productos falsos. Por ejemplo, al enseñaros joyas beréberes siempre os dirán que son de metales y piedras preciosas, cuando muchas veces son simples aleaciones de estaño y piedras pintadas. Otro ejemplo, las pastillas aromáticas de Musk que venden a 2 o 3 dirhams el gramo se pueden substituir fácilmente por pastillas de cera frotadas con Musk, muy parecidas pero cuyo aroma no perdura más de un día.
  • Estafas al devolver el cambio. En la zona del Atlas que visité, los dueños de posadas se habían acostumbrado a no devolver el cambio cuando se les pagaba. ¿Por qué? Habían aprendido que la mayoría de turistas occidentales, ante la opción de marchar enfadados del hostal porque les habían robado o la opción de tener que pelearse por su cambio y marchar todavía más enfadados, escogen la primera.
  • El cambio de billete. Esta estafa clásica me ocurrió en la taquilla de la compañía de autobuses CTM, en Fez. De manera un tanto despistada pago mi pasaje de 55 dirhams con un billete de 100 dirhams. Espero el cambio, pero el cobrador, que ha efectuado un rápido juego de manos y ha cambiado mi billete, me muestra que he pagado con un billete de 20 dirhams y que todavía me faltan 35 dirhams por pagar. Por un momento dudo, y cuando ya me tiene convencido recuerdo que un minuto antes sólo tenía un billete de 100 y no he podido pagar con uno de 20. Amablemente le hago ver que se ha equivocado, y me devuelve mi cambio con una sonrisa.
  • Niños con falsos euros. Aparecieron muchos niños en mi camino pidiéndome que les cambiara a dirhams una moneda de euro o dos euros que tenían. Son falsas y se ve claramente. Además, esos niños deberían estar en el colegio.
  • Billetes falsos de autobús y propinas por el equipaje. Cada vez que toméis un autobús, encontrareis gente que meterá vuestro equipaje en el maletero, y que os pedirá una cantidad de dinero por llevar vuestro equipaje en el autobús. Os fijareis también que el resto de pasajeros marroquíes no pagan por llevar su equipaje. En teoría, nadie debería pagar porque el precio de transporte de equipaje está incluido en el billete. En la práctica, todos los turistas pagamos, aunque a veces estemos pagando a otro pasajero que se ha hecho pasar por el mozo del autobús. El precio del equipaje para turista en todo Marruecos son cinco dirhams, aunque muchas veces la gente pide diez. Vosotros/as dad cinco y haceros los sordos/as si se quejan.
    Cuidado también con la gente en las estaciones de autobuses que venden billetes de autobús falsos.
  • Encallar coche en las dunas. Esta estafa es una de las más cafres... Unos amigos van a una excursión al desierto en vehículo 4x4. Conduce un guía del lugar. Atraviesan un desierto de piedras. No hay carretera ni marca de camino y, sin embargo, el guía parece que sigue un camino prefijado, realizando pequeños cambios de dirección en algunos puntos. De repente, encuentran un cartel de desvío en medio de su ruta. El guía lo ignora y continua recto. Mis amigos le preguntan porque no sigue la dirección marcada por el cartel y el guía les explica que dicho cartel es falso y que lo han puesto para dirigir a los turistas a unas dunas de arena donde su coche quedará atrapado. Más adelante encuentran un vehículo grúa para rescatar a los turistas. Los ocupantes del vehículo grúa son los mismos que han colocado el cartel. El rescate del coche en medio del desierto le costaría al turista un ojo de la cara.

Robos:

A pesar del tópico extendido, hay muy pocos robos en Marruecos. Hurtar está muy mal visto. A los marroquíes no les gustan los ladrones y, si tenéis un percance, os ayudarán todo lo posible. Sin embargo, existen algunas ciudades donde el robo puede ocurrir.
  • Ciudades. En Tánger y Tetuán, por ser las ciudades de entrada del turismo que llega cruzando el estrecho, pero también por ser las ciudades donde se acumula toda la gente que pretende llegar a Europa en busca de una mejor vida, la situación es más salvaje y desesperada que en el resto de Marruecos. Son las únicas ciudades donde corréis riesgo de atraco.
    En Essaouira se producen hurtos a menudo. Grupos de carteristas en la medina se encargarán de rodearos y vaciaros los bolsillos sin que os deis cuenta. Esto pasa especialmente durante los festivales de música, donde se producen peleas simuladas entre el público para distraer a los incautos. Además, cada vez se producen más situaciones de violencia cuando grupos de jóvenes roban cámaras y bolsos mediante tirón. Así que os doy un aviso: dice el tao que es de sabios no mostrar lo que pueda ser objeto de envidia. Al entrar en Essaouira os encontrareis centenares de jóvenes de todas las edades esnifando bolsas con cola. No tienen trabajo y necesitan dirhams para continuar consiguiendo cola para drogarse. No es muy cauto pasearse entre la gente como turista con la supermegacámara fotográfica al hombro todo el día.
    En Casablanca hay gente que también ha sufrido algún robo.
    En Agadir, la ciudad más turística de la costa marroquí, hay gente en los campings que ha sufrido hurtos.
  • Tren. En Tánger, cuando compré un billete para el tren nocturno a Marrakesch, mis amigos me avisaron que estuviera alerta, ya que dentro del tren había un grupo organizado que robaba los equipajes de la gente cuando ésta se dormía.
  • Medinas. Cuidado con los objetos de valor en vuestros bolsillos y vuestras bolsas cuando entréis en una medina abarrotada de gente. En las medinas de Fez y de Essaouira hay carteristas.